sábado, 23 de octubre de 2010

De cómo la Natura en Rayito de Sol consiguió el Amor….


Existían tierras tan bendecidas por la naturaleza, tan encantadoras, se respiraba magnitud de grandeza, pureza de aguas cristalinas, cascadas vírgenes rebosaban el verdor de frondosos árboles, rocío de mañana goteaban en hojas puras de melancolía, en donde el viento y la brisa, como fieles hermanos dejaban el más grande y maravilloso regalo de placer de tener una tierra mágica, llena de hadas, luces tecnicolor invadían ambientes creando arco iris propios del lugar; así era Claridad, un mundo que siempre alumbraba, no conocía la penumbra, así era Claridad, un país de realidades soñadoras, hasta que el destino coloco su mano en su andar.

De repente un sonido andaba en el lugar, iba y venía, volaba a velocidades inimaginables, luz incandescente alumbraba donde se posaba; pues no había hada más animada y más intranquila que Rayito de Sol.

Preguntaba la Hiedra, mientras era limpiada por el rocío del día
Rayito de Sol, que te inquieta tanto; porque acelerada, te veo feliz, pero nada tranquila…
Decía la hiedra en su conversación con Rayito de Sol.
Tienes razón respondía, Rayito de Sol

Me hablaron las aguas del río Manso
¡Las aguas del río manso!, exclamaba la Hiedra
Si claro, me dijeron, que cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en mí, latente de vida, nacerá amistad poderosa, y dice el Manso que eso lo tendríamos que llamar Amor.

¡Amor! Preguntaba la Hiedra, mientras reía ante tal incongruencia.
Pensaba que Rayito de Sol, pasaba por un cambio que confundía todo, e inventaba palabras que nunca en Claridad se habían escuchado.

Si..!! acelerada Rayito de Sol exclamada; es el Amor; así el manso me hablo, y hasta lo escribió, y hasta de tiempo me hablo.

Escrito lo dejo en la Roca Madre, que cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en mi latente de vida, justo en ese instante nacerá el Amor.

De pronto aparece Esperanza, riéndose de Rayito de Sol.
El Amor, a que llamas Amor, que inventas, que hablas, sacas palabras que acá no existen.

Si existen…!!!, refutaba Rayito de Sol al dirigirse a Esperanza, mientras ella se alejaba poco a poco del lugar.

Suerte amiga, y seguía riendo, reía certera de que Rayito de Sol estaba equivocada.

Cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche, manso eres sabio, pero tus palabras se ahogan en mi ignorancia.

Hiedra y Esperanza como que tienen la razón, que tratabas de decirme.
¿Cuándo se cumplirá ese tiempo del día?
¿Qué es la Noche?
Se preguntaba Rayito de Sol, quien me ayudará.

El Sol el que todo lo sabía. Mi padre al fin me podrá explicar, entre el viento y la brisa para hablar con él, revoloteaba Rayito de Sol.
Tormentas sobrepasaba aquella hada, a sabiendas que, al estar viva en el mundo, no podía ir en busca que quien les dio el ser, ya que se rompería la magia del recuerdo.
 Pero Rayito de Sol igual su cometido cumplió.

Entre barreras del alto del cielo, llego al Sol, ¡Padre! Así Rayito lo llamaba al dirigirse a él, existe el momento del que teníamos que encontrarnos, te hablo y se esfuma tu recuerdo, tu existencia, cierro los ojos y mientras me hablas entre el viento, siento que ya te olvido.

Sabía que vendrías, te estaba esperando hija mía.
Padre me esperabas, respondía Rayito.

Si hija, y solo tengo que decirte no hay mejor tiempo del que tu dispongas, tu dedicación e ímpetu que le pongas a tus propósitos, determinaran el valor que tuviste al visitarme, para ti no existiré jamás, pero no hay más grande verdad, que la que buscas que yo te diga.


Ya el tiempo se está cumpliendo, sabes que siempre estaré aquí presente queriéndote, así como eres, como mi Rayito de Sol.
Y así como el destino lo quiso no abra sol en ti en tu compañía, sino una luz que te protegerá por siempre. Ahora tienes como recuerdo a Aurora, en ella; la noche alcanzaras y así tu cometido obtendrás.

Abriendo los ojos,
Esperanza alentadora aparece de nuevo, y dice: continuas en tu búsqueda de lo que llamas Amor.

No rías Esperanza tengo un camino por recorrer, una meta trazada, y no hay más que el Manso para darme esta tarea, por algo será, por algo será…

Rayito de Sol llego de nuevo a la Roca Madre, en su fijación de lo que buscaba, suena el viento, y entre brisas, salen sonidos que mis oídos casi logran escuchar, aurora, aurora, una vez más llegaba a mí esa palabra, nombre quizás.
Y un nuevo escrito aparecía, Aurora infinito del cielo, final del arco iris, tierras de polen, pétalos de grandes flores.

Vuelve en mi la duda, las preguntas, el querer saber las cosas, no me quedo más que gritar y darle un llamado a Esperanza.
¡Esperanza…!!! Esperanza


Creo que ella podría ayudarme. Y fue tan alto el sonido emitido, que en un abrir y cerrar de ojos, allí Esperanza se encontraba. Amiga necesito una ayuda; llévame al final del arco iris a las tierras del polen.

Eran características propias de las hadas de Claridad, su simpatía entre ellas, su colaboración mutua y más que una ayuda, se convertía en necesidad de Esperanza, mostrar el camino a Rayito.

Esperanza dice:
Llega de nuevo al Río Manso, camina en su andar y cuando caiga verticalmente en caída libre, final de cascada, existirán Oro y Cuarzo que en piedra de Caliza, te mostraran en agua, prismas de colores, allí tendrás el comienzo del arco iris.

Solo tienes que tener cuidado ya que deberás cruzar el olimpo de los sueños olvidados y no habrá esperanza que pueda ayudarte, será inevitable lo sucedido; pero es el único camino que existe para llegar a las tierras del polen.

Rayito firme en su deseo, que no quería ver hacia atrás, seguía segura hacia adelante, sabía que tenía que hacerlo.

Y así fue, Rayito voló entre los árboles, y escuchando los ruidos de las piedras llego al Manso, las mismas aguas que ya hace unos cielos, le hablaron, testigos del llamado del
Amor.
Una vez acercándose al río, reflejado en aguas cristalinas ha notado que sus alas, ya no son del mismo color, se han vuelto más blancas.

Río Manso, tu que una vez me hablaste de lo que tenía que buscar, ahora dime que pasa en mi metamorfosis cambiante, que en mi reflejo en tus aguas hago notar que no soy la misma, ha cambiado hasta el alma, estoy y me siento muy feliz, agradecida por la paz conseguida, y si de verdad debo cambiar físicamente, para sentirme, así como me siento, entonces que continué en mí, ese deseo, ese cambio, eran palabras que llegaban retumbantes en el pensamiento de Rayito, como si el mismo Manso le hablase.

Sacrificaras cambios para regalarle a Claridad, lo que se merece, fueron las únicas palabras que el Río logro decirle a Rayito.

Eres tú, apareció la Hiedra preguntando…cual enredadera, extrañada de que ya no conocía a Rayito.
Eres tú la Hada que una vez logro alumbrarme de alegría, ya no eres la misma, sabes Rayito, no te veo bien, no hagas caso de todo lo que te dicen por allí; mírame a mí, creciendo, extendiéndome frondosa y llenando a Claridad del verdor hermoso que necesita, del verde que Claridad siempre quiso tener.

Rayito no comprendía la tanta belleza, que exclamaba la Hiedra, y porque si veía en ella, los cambios que eran ya inevitables, no los veía de la misma forma que el Manso, se los refirió, pero aunque no la comprendía tan llena de ínfulas, ella seguía en su propósito de continuar su búsqueda, y así como Esperanza le dijo, estaba dispuesta a andar por las aguas del río manso para llegar a su fin.

Empieza río abajo, rápidas sus aguas llevaban a Rayito por extensas tierras, acostada sobre ellas, sus alas se volvían cada vez más transparentes, tan rápido era su cambio, que de lo transparente paso a lo invisible.
Rayito creció, madurando en sí, una enorme centella, que la llevo a adulta, y mientras daba vueltas por el Río, abrió los ojos, dándose cuenta que había llegado al bosque de los samanes, las raíces la invadían, rescatándola en el lecho del río, se levanta, y mirándose en él, descubre lo hermosa que se ha convertido.

Quien osa despertarme de mi eterno sueño.
Se escucha una voz ronca y fuerte que se desplaza a lo alto de los árboles, eran tan inmensos, que se perdían entre en el cielo y las nubes, se abren las raíces y dan paso a recibir a tan hermosa visita.

He preguntado de nuevo, quien osa despertarme, exclama El Samán Mayor, el padre de los árboles.
Rayito toda inquietante, quedando perpleja, se encontraba distraída contemplándose reflejada en el río, lo tanto que había cambiado.
Volteándose al aviso de una de las raíces, y entrando en pánico, descubre lo que había hecho, haberse atrevido a despertar al que siempre estaría dormido, pero allí las raíces hablaron y expresaron ante rayito, que sería inevitable su visita, que una vez el destino, había dejado escrito en la Roca Madre, Os visitareis simpleza de alma, tan pura y hermosa, que tendréis que dejar escapar hojas muertas y raíces malas, para ver nacer continuidad de vida….esas fueron las palabras que una vez estaban escritas en la Roca Madre, y eran las mismas palabras que las raíces le explicaban a Rayito.
Continúan las raíces hablando:
Debes acercarte al Samán Mayor, entrando por esta ladera, y llévale esta hoja, marchita, tacita, como símbolo de que está ocurriendo, lo que se venía venir, además, el más que nadie, sabía que su sueño no era eterno, que el destino le tenía el momento, y el momento ha llegado.

Rayito despavorida, y con cautela, emprende el camino, ladera abajo, para encontrarse con el Samán, laberintos de cortezas pasaba, aglomerados de texturas la rozaban, hasta que a lo claro del centro del bosque, se consigue tan imponente figura, el Samán Mayor, un árbol tan inmenso como la misma claridad, tan alto que se perdían sus ramas entre el cielo azul que invadían aquellas tierras.

No camines un paso más, era la voz ronca y fuerte del Samán

Rayito atreviéndose aun en caminar, continuaba su andar
Por favor hermosa figura, simpleza de alma, no des un paso más, cada pisada tuya, resquebraja mi morada, siento que muere en mí, los hijos que tengo que entregar como símbolo de continuidad, Sólo entrégame lo que me trajiste y quédate quieta, no me hagas más sufrir.

A Rayito no le quedo de otra, que dejar caer la hoja marchita, y apenas dejarla caer y el Samán hacerla sentir, retumba el suelo, movimientos tan fuertes, y sonidos tan característicos, que parecían cristales rotos que chocaban entre sí, de pronto han caído todas las hojas del Samán, quedando desnudo ante el cielo, sin una hoja que lo cubriese, abriéndose la tierra en pleno centro de sus raíces.

Emerge de lo profundo, un árbol tan hermoso, cargado de luz, limpio, un espectáculo que
Rayito nunca habría podido imaginar, sus ojos impactados ante tal magnitud, ha nacido Samán de cristal, que dará prosperidad a estas tierras, y seguirá de generación en generación otorgando fruto de vida a sus proles.

Rayito sin nada que decir, solo observa aquello, y dándose cuenta de que el Samán Mayor ya no lo veía por ningún lado.
Es justo allí donde el Samán de cristal le menciona, no busques maleza donde ya no existe, yo no hay raíces muertas, ni hojas marchitas, él tenía que despertar algún día a esperar a que vinieras, y él sabía que los sacrificios siempre vienen por cosas mejores, veme a mí, soy el producto de lo que quisiste, has creado maravilla en tierra de samanes, ahora seremos otros, prósperos, y ten la firmeza de que no habrá más letanía, ni sueños profundos acá.

Rayito ante tales palabras, y sintiéndose responsable de lo que había ocurrido, dice: Solo cumplí un cometido.
Y sorprendida de aquello, ha descendido de sus ojos, un símbolo algo que jamás había sucedido, no entendía el sentimiento causado, porque le estaba ocurriendo eso,  ¿Qué es esto?, dice Rayito.
Una Lagrima, responde el ahora nuevo Samán de Cristal.
Por qué ha salido de mí, no logro entenderlo.
Esto tenía que pasar… dice Samán de cristal, mira cómo avanza la gota, mira, como mis raíces se acercan al río, esta es la continuidad de vida, Claridad necesita de mí, y yo necesito de agua para vivir, el manso es sabio, y sabrá como alimentarme. Solo continúa tu camino Rayito y solo recuerda siempre, que cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en ti latente de vida, nacerá el Amor, aquí te espera el Manso, todavía tienes aguas que recorrer.

Rayito sigue su paso para incorporarse al río.
Cuando de pronto, aparece Esperanza. Como estas hermosa Hada.
Me sorprendes!!! respondió Rayito toda asustada ante la aparición de Esperanza. No te asustes hermosa hada, veo que has cambiado, estas más linda de lo que pude haber imaginado, sólo vine a entregarte esto, necesitaras protegerte, recuerda que te dije que entraras al Olimpo de los sueños olvidados y debes tener cautela.

De repente muestra Esperanza un radiante manto de escarchado brillo, de un blanco intenso, que apenas lo coloco encima de Rayito este quedo tan fijo en sí, que parecía adaptarse y moldearse a su figura, se sentía rayito aliviada, como que si necesitaba agarrar ese suspiro de serenidad.

Desapareciendo Esperanza, y Rayito aun sin percatarse de que lo que le aconteció, era o no producto de su imaginación, se introduce al río para continuar su camino, Río abajo continua en su descenso, acelerándose la turbulencia del río, se hacía cada vez más rápido, sentía incontrolable su andar en él, que en remolinos de agua, se adentraba mucho más a la inmensidad que atravesaba, despavorida, asustada, y más que intranquila se sentía Rayito; y como traspasando de un panorama a otro, en cuestiones de segundos, se encontraba nadando entre paredes de mármol, tan altas, que su mirada confundía el final de aquellas montañas, entre azulejos, tonos rosa, esmeraldas y ópalos, atravesaban los ojos de Rayito.

El río se hacía cada vez más estrecho, cual embudo se volvía, ya no tan imponente, sino más bien serenas aguas mansas terminaban de calmar la impaciencia del hada; el tiempo da paso a unos sonidos líricos tan intensos, que, llegando a percatarlos Rayito, se da cuenta de que destellos de pequeños clips alumbraban las aguas, las mismas aparecían y desaparecían al ritmo de lo escuchado, sabía que algo estaba por suceder.

Volvía la curiosidad de Rayito a albergarla, de repente, saliendo del río, alzaban vuelo cuatro hermosas hadas, llevando del manto a Rayito, sobre los mármoles, a su altura máxima, llegando a la cima; no era más que la entrada al Olimpo de los Sueños Olvidados, se trataban de las hadas Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, hermosas amigas que, saludando a Rayito, la llenaban de recogido y buenos augurios.

Perseverancia, tan azul como el cielo de claridad, extrovertida y sonriente, saluda a Rayito, con ademanes de coquetería, ¡Hola Rayito! Como estas, solo ten presente, que no hay mejor camino que el que tu decidas afrontar, ten la fuerza y el coraje, que te estaré observando y protegiendo. Tan rápidas fueron sus palabras, como su desaparición del lugar.

Anhelo, perspicaz, de hilos dorados que envolvían su figura, pide lo que quieras, que de seguro, lo obtendrás, era lo que le decía, desapareciendo de igual forma.
Deseo, arropada de terciopelo de hojas verdes, completaba lo que Anhelo había comenzado, obteniendo lo que siempre quieres, podrás completar así tu misión, y al igual que las demás amigas, se hacía invisible ante la mirada de Rayito.

Por último se encontraba Logro, cristalina como el mar; y mientras desaparecía, se esfumaba diciéndole a Rayito, cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en ti latente de vida, nacerá amistad poderosa, nacerá el
Amor.

De nuevo venían aquellas palabras que el manso le había dejado escritas en Roca Madre, venia de nuevo el recuerdo a Rayito, y fue en ese instante, que se había percatado, que sus amigas las hadas la habían dejado a lo alto de aquellas montañas, mármoles superpuestos hacían del suelo que pisaba, marmolinas de multicolor que se extendían a lo largo de un camino, que se perdía a lo lejos, entre neblinas blanquecinas.
Sabía que le esperaba cosas interesantes, que tenía que afrontar, no le quedó más remedio; que seguir avanzando en su búsqueda del propósito que se había trazado.

Apenas dando pocos pasos, encaminada hacia el horizonte, y a medida que avanzaba, veía como se iban desquebrajando baldosas.
Dándole paso a lo que ella sospechaba, púes la Hiedra aparecía entre ellas, como acelerada e inquieta se aproximaba.
Nos volvemos a encontrar; sigues cambiando, pero no hay mejor belleza en claridad que la mía, decía refutándole al hada.

Te siento arrogante Hiedra, si lo que buscas es despertar en mi algún mal deseo hacia ti, no creo que lo logres, no es mi forma de ser, es verdad estas muy bella, pero no tenemos punto de comparación, además claridad tiene con cada uno de los que habitamos en ella, dotes de belleza para cada quien, como y en la forma que se lo merecen, sin tener que caer en conflictos de presumir ser más que los demás.

Fueron palabras que demostraron a la Hiedra, que Rayito, le estaba dando una lección, y que lección, se sintió tan aludida ante tal reclamo, que no le quedo más que pedir disculpa., las cuales Rayito gustosamente acepto, pero con la certeza de que ya había despertado en ella la duda, de que la Hiedra le podría hacer una mala jugada.

Se esfuma la Hiedra del lugar, apareciéndole Esperanza en pensamiento a Rayito, amiga pronto entraras en el Olimpo de los sueños Olvidados, recuerda que te dije que tuvieses mucho cuidado, ya no existirá más recuerdo, habrá una nueva hada, que desde el principio, seguirá su camino, has aprendido a estar, y sé que fuerte lo eres, a mí no me iras a perder, pero mi recuerdo borrarás, no estaré más en ti, pero latente crecerá, y estaré siempre en tus pensamientos, así no sepas como fui, alguna vez.

De inmediato finalizada las palabras de recuerdo de Esperanza, aparece como campo de fuerza, una pared transparente, que, difuminándose en el área, daba entrada a Rayito al
Olimpo de los sueños Olvidados, apenas cruzando la pared, cae dormida profundamente.

Daban vueltas en pensamiento, todos los recuerdos, que una vez vivió, todo se consumía, ya nada existía, de donde vengo, quien soy, para que estaba, eran acciones que se esfumaban en sí, crecía, madurando, fuerza interna en ella, que creaban dureza de puro espíritu, y tesón de cuerpo entero; que convertían a una hada de pensamiento, en una hada más sólida de decisiones tajantes.

Aun dormida, era deslizada de nuevo paredes abajo al manso, después de aquello vivido, Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro ayudaban a su amiga, dejarla caer placenteramente en el río, apenas tocando sus aguas, se despierta; sintiéndose como nueva, sin saber nada de lo que había pasado, solo tenía como único recuerdo que tenía que llegar a aguas de caída libre que la llevarían al comienzo del arco iris, era tan fuerte su pensamiento, y tenía tan arraigado aquello, que ni el Olimpo pudo borrarlo de ella, pero Esperanza sabía lo que hacía; fue el manto que una vez le puso, la que la protegería de dejar en ella esa necesidad por la cual el destino la había encomendado; e inocente
Rayito, de que fuese el manto que la protegió de dejarle ese recuerdo, seguía por el
Manso, en busca del arco iris.

Ya el manso más despejado, se volvió de nuevo inmenso, trasladaba aguas abajo a
Rayito, acercándose cada vez más a la cascada que la llevaría a su cometido.

Como zarpazos fugases de presencia, aparecían y desaparecían las hadas Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, continuando con sus buenos augurios de protección, ¡Sigue adelante!, ¡Continua que estas que vences!, ¡Avanza que seguiremos contigo!,
¡Alcanzaras goce y plenitud con lo encontrado!, eran reflexiones que pasaban al frente de Rayito, como páginas que abrían y cerraban un gran libro frente a ella, mientras seguía avanzando.
Cuando repentinamente, cae hacia abajo, con una fuerza tan rápida, que ni el viento podría soportarla, seguía en caída libre, fuerte muy fuerte, que casi notaba las aguas que se deslizaban verticalmente, aparece magia sin fin, albergándola en su goce, que como simple hoja se deja caer, sobre piedras abajo, protegida de un piso verde tan particular, que parecía envolverla como capas.
Pues no era más que la Hiedra, que Rayito desconociéndola en sí, ya que nada recordaría, solo le resto decir, gracias por regocijarme y por estar aquí para poder soportar que el golpe no fuese lo que pudo haber sido.

La Hiedra responde, no existe mejor manera de poderte demostrar que dejaste en mí, la gracia divina, de que una lección tuya, ha cambiado mi forma de pensar en Claridad.

Rayito, que ni comprendía lo que la Hiedra le decía, solo se conformaba con el agradecimiento que podría ofrecerle. Esfumándose la Hiedra del lugar, y dándose cuenta Rayito que se encontraba encima de una enorme piedra caliza, pues no era más que la piedra que estaba buscando, que en ciertas partes oro y cuarzo poseía.

Y fue justo en ese momento que el manto que la protegía, salió de su acomodo en ella, para abrazar la piedra, haciéndola diminuta, cayendo la misma al río. Convirtiendo todo en un espectáculo de colores. Aparece del río; saliendo a enormes velocidades; pisos multicolores, que enredándose entre cielo, daban camino a un hermoso sendero; que arropaba a toda Claridad, Rayito sabía que había conseguido el comienzo del arco iris.

Empezando de nuevo su andar, se dispone a seguir avanzado en lo que tenía que buscar,
Rayito en cada pisada que daba, en los colores que tocaba desarrollaba en ella, espíritus que le daban el don de poner en Claridad atributos de los que carecía.

Púrpura, pisando fuerte, nubes crecían en Claridad, como nunca vistas, de formas y tonos tan diferentes que chocaban entre sí, jamás aquellas tierras, se habían notado tan oscuras, el gris apareció como color predominante, nuevo para todos, dando cabida a aguas tan suficientes, que cayendo del cielo, llenaban no solo al rio manso, sino se creaban, riachuelos, ensenadas, lagos, y mares como los que nunca habían existido.

Apareciéndole Deseo a Rayito, explicándole, amiga has creado en ti, el mejor deseo que Claridad necesitaba, ahora lo llamaremos Lluvia, cada vez que deslice sobre el cielo, gotas de cristal derramadas sobre el suelo.

Azul, has pisado el equilibrio, le decía Anhelo a Rayito apenas cuando se aparecía, darás energía y fuerza serena a todo el que habite Claridad, has creado lo que de ahora en adelante llamemos Instinto, terminaba Anhelo sus palabras mientras se iba ocultando.

Turquesa, continuaba en su andar Rayito, mientras seguía avanzando sobre el arco iris, has creado el Don, le decía Logro cuando se le apareció, ahora todos los que estemos en Claridad, podamos seguir el camino de los que hacen el bien, a sabiendas de que estamos llegando a un fin deseado, ahora en Claridad tendremos Aprendizaje.

Perseverancia, trastoca a Rayito en su andar, diciéndole, amiga viene el Verde, duerme, piensa serena, que habrás creado el poder en Claridad, de que existirá algo que llamaras Sanación, tendremos el don de crecer, de reproducirnos y seguirnos manteniéndonos puros e íntegros. Apenas pisando, y naciendo en Claridad, la más grande de las especies, los bosques, las llanuras, los paisajes hermosos albergaban ahora a
Claridad.

Anhelo y Deseo, unidas en sí, cuchichean entre ellas, para darle a Rayito, la tarea de pasar por el Amarillo, desprendiendo de ella, la alegría y libertad de algo que sus amigas tuvieron que llamar Generosidad. Así es rayito, le decían sus amigas las hadas, has creado generosidad en Claridad para todos nosotros.

Naranja, te toca le decía Perseverancia y Logro que al igual que sus compañeras, se unían entre sí, para darle el comentario, písalo Rayito y pisa fuerte, que habrás creado en
Claridad lo que tendremos que llamar de ahora en adelante Poder.

Se unen las hadas, Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, para dar a Rayito su último camino pisando el Rojo, para dar a Claridad el más infinito pensamiento de que el espíritu seguirá en Claridad para crear lo que se llama Materia.

Rayito completando ya su hazaña se da cuenta que, aunque lleva medio camino recorrido sobre el arco iris, se ha percatado que debajo de él, lo que ve en Claridad, es un paraíso sin fin, cambios tan extraordinarios, que con la más firme certeza de que ella fue quien los creo, sabía que tenía la responsabilidad de hacerlo.

Ya es hora, le dicen sus amigas las hadas.
La hora de que, responde Rayito.


Amiga hasta acá nos trajo el camino contigo, además esto ya no lo necesitaras más, quitándoles las cuatro de encima, hermoso manto que de nuevo la cubría, sabes que somos amigas, siempre lo seremos, y que cada vez que latente crezca en ti, llegara como un nuevo recuerdo de cada una de nosotras. Solo toma esto, es el polvo de la sabiduría, y cuando creas conveniente úsalo.

Continuo Rayito trazando su meta, y feliz, por todo lo que había logrado hasta ahora; púrpura, azul, turquesa, verde, amarillo, naranja, y rojo, seguían llenando a Claridad de Lluvia, Instinto, Aprendizaje, Sanación, Generosidad, Poder y Materia, elementos que responsablemente harían funcionar a Claridad como Rayito se lo había imaginado, y como el destino en Manso y Roca Madre se lo habían trazado.

Se desliza ya en bajada por el arco iris que la albergaba, cuando a lo lejos divisa que en hermosos jardines de flores se acercaba, como si alguna vez los haya visto ella recordaba,
Petunias, Lirios, Rosas, Geranios y Amapolas la exploraban, Dalias, Margaritas, Gardenias, y Campanillas la solapaban, entres pistilos, y tallos se adentraban, y continuaban, Cardones, Higueras, Violetas, y Madre Selvas, culminaban, en aquel inmenso jardín que traspasaba; cuando de nuevo aparecía la Hiedra rebosada, diciéndole Bienvenida a las tierras del polen, ya te esperaba.

Como te encuentras Rayito, sabes tengo que felicitarle, Claridad, ya no es la misma sin ti, nos encontramos de nuevo, y sigo feliz de haberle conocido, prospero en mí, la necesidad de decirle cuanto la quiero, han causado sentimientos que tengo que decirlos, además has llegado a mi casa, y debo darte la mejor de la bienvenidas, estas son las
Tierras del Polen, tierras que te llenaran de los elementos nuevos que necesitas en tu andar, retos que tienes que pasar pero en tu crecimiento debes afrontar, quédate acá tendida, que dejare caer en ti, los polen necesitados.

El miedo como elemento lo necesitaras para darle expresión a tu vida, la Trascendencia deberá pasar por allí; para que continué el camino, sin menospreciar a la Astucia que la necesitaras algún día, darán paso a la Calma, para aprender a poder hacerte serena ante cualquier eventualidad.

La Persuasión te ayudara en los casos extremos, a determinar y darle abertura a algo que usaras que se llama Animo, para que así puedas descubrir otro elemento que te ayudara que se llamará Emoción. El equilibrio dará temperatura a tu alma, para que consigas más adelante a la que llamaras Percepción.

Y por último recibirás la Armonía, que seguido del Control darán a ti, los complementos eternos en lo que te sentirás completa, ahora si eres la Hada que Claridad necesitaba.

Rayito, en su necesidad de conseguir aún más respuestas a todo lo que le sucedía.

Le pregunta a la Hiedra, mis hadas amigas, me han dado este polvo de la sabiduría, que no sé cómo y cuándo usarlo.

Responde la Hiedra, no más que tú para saber su uso, yo no puedo determinar cómo usarlo, ya que lo desconozco, y aun sin saberlo; tus amigas se lo entregaron a quien deberían entregárselo.

Recuerda, tu eres la elegida, de conseguir lo que una vez el manso te escribió en la Roca
Madre, algo que deberíamos llamar Amor.

Por un momento Rayito olvidaba aquellas palabras, recordándolas de nuevo, cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en mi latente de vida, nacerá amistad poderosa, eso lo tendríamos que llamar Amor.

Ya conmigo has culminado, le dice la Hiedra al referirse a Rayito, he terminado mi tarea a la que he sido encomendada, pasaste por mis tierras y elementos tenía que darte, que se los necesitabas.

Rayito empezaba a entender que su camino terminaba, en el mismo momento de que de las tierras del polen se alejaba, he dejado grandes amigas, de las cuales he quedado marcada, ahora continuare andando; Claridad sé que algo llamado Amor necesitaba. Alzando vista arriba se percataba de que el cielo aparecía en él; colores que nunca esperaba, no sabía Rayito que pasaba.

De pronto se abre el cielo, y de él salen, los hermanos el Viento y la Brisa que de nuevo se asomaban, explicaban a Rayito lo que ocurría, no existe mejor el viento, ni la brisa que buscaste mi rayito, ahora en nosotros, ha crecido algo que nos dejaste, llamado penumbra, y mira voltea; no ves hermoso el cielo.

Rayito observaba, como poco a poco se oscurecía el cielo, mientras viento y brisa continuaban, estamos felices, amiga mía, has creado lo que ahora tendrás que llamar La Noche, ahora Claridad, tiene Día y Noche en su morada, vivimos tranquilos porque tú has colmado ahora el cielo de bondades más que alcanzadas.

Ahora se daba por respondida cual era la Noche que ella al fin buscaba. Cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche se junten, las luciérnagas, se preguntaba Rayito, que serán las luciérnagas, no podía entender a qué se refería el manso cuando le hablaba de aquello; contestándole La Brisa y al ritmo de El Viento, recuerdas cuando la Hiedra te decía que solo tú sabrás el uso que debes de darle, al Polvo de la Sabiduría.

Fue ahí cuando Rayito pudo entender que tenía que hacerlo, y con la mayor de las fuerzas, ayudabas por El Viento y La Brisa, despegaron de ella, sobre el cielo, todo el polvo de la sabiduría, dejando adheridos en él, destellos de brillo, que iluminaban la noche.
Tenía que ocurrir, decía El Viento refiriéndose al acto que acababa de realizar Rayito, y recalcando La Brisa, amiga hada, ahora has creado a lo que llamaras de ahora en adelante las estrellas, que como puntos brillantes serán testimonio de agradecimiento, que le has brindado a la noche; para que por siempre lo recuerdes.

Continuaba en Rayito, la incertidumbre de que aunque sabía que el final estaba por pasar de un momento a otro, no se explicaba bajo cual circunstancia y acción, podría encontrar lo que el Manso una vez le dijo, y que escrito había dejado en la Roca Madre, el Amor, descubrir el Amor.

Una vez creada las estrellas, Rayito notaba en el cielo, que varias de ellas se unían formando una figura, a lo que ella creía podría ser una nueva hada, lo cual la misma se expresa diciéndole.
No te extrañes Rayito, ni creas lo que puedas tu pensar, no soy un hada, soy el Alba, tenía que encontrarme contigo, para orientarte a buscar la Aurora, el final de tu camino para conseguir lo que llamaras Amor.

Pídele al viento que lleve la calma al cielo, que oculte a las estrellas, entre su hermano la brisa, para que de entrada a los haces de luces que provenientes de un ser llamado el Sol, harán verdes, amarillos de energía, rojos y violetas de transición, colores que serán responsables de darte la maravilla que llamaras Aurora, y no te preocupes, el cielo será testigo de lo que te estoy hablando.

A Rayito no le quedo de otra, que pedirle al Viento, lo que el Alba le había comentado. Oh viento, como tu solo sabes hacerlo te pido calmes al cielo, y junto a la brisa ocultes las estrellas.

Fue un instante tan mágico, que Rayito no lograba descifrar lo que estaba ocurriendo; cae en sueño profundo y entre recuerdos, le pasaban por su ser, todo lo que había vivido; de donde había provenido, quienes eran sus amigos, y todo lo que había aprendido.

Se abre un horizonte en el oscuro cielo, como persianas ante al amanecer, dejando salir un haz de luz de un azul tan intenso que alumbraba al Alba, a Rayito, El Viento y La
Brisa también eran testigo de lo vivido.


Ese azul se convierte en tonos amarillos y naranjas, que penetrando entre la oscuridad, dan cabida a la aparición de un ser supremo, Rayito de nuevo no comprendía, es que apenas no podía divisar lo que estaba al frente de ella por su estado inerte en el que se encontraba.

Hija mía!!!... dice el Sol, entrante en el espacio sideral de la noche intensa.
Ya no me recuerdas, ya no existo para ti; pero siempre supe, que de nuevo iba a poder encontrarte, sabía que lo ibas a lograr, el manso no se equivocó, fuiste la elegida ante tal misión, y he aquí tumbada ante mí, demostrándome que tuviste las fuerzas y te llenaste del coraje necesario para conseguir lo que has de llamar Amor.

Y no hay mejor demostración del cariño que te tengo que dejar huella en el cielo, colores intensos, amarillos, verdes, naranjas, rojos y púrpuras, para que siempre veas que existí en ti, y que aunque no has de recordarme, tu misma has creado la Aurora, un símbolo que te enseñara tu destino, y te hará crecer, madurar y demostrar que ahora es el comienzo de la vida, que ahora crecerá latente en ti, y lo que una vez tus amigas te dijeron, ahora habrá sentimientos, miedos, desdichas, alegrías, tristezas, metas, fuerzas, sueños por cumplir.

Aunque no estas al tanto de lo que pasa Rayito, sé que sientes, sé que me sientes, sabes de que te estoy hablando, ahora está en ti tu camino, te di la vida, y acá estas; que cuando el tiempo del día se cumpla, como está ocurriendo ahora, y las luciérnagas de la noche se junten, como las estrellas creadas por ti, crecerá en ti latente de vida, nacerá amistad poderosa, y como una vez te dijo el Manso, eso lo tendríamos que llamar Amor.

Así es rayito, ya no lo eres, ya no eres espíritu vago, ya eres materia palpable; el tiempo del día se ha cumplido, ya la estrellas están allí en signo de que ocurrió, tu misma creaste al Corazón, mira cómo crece latente en ti, mira cómo te mantiene con vida, ya vas a poder sentir, podrás reproducirte y enseñar a otros a enseñarse de que no existirá y no hay amistad más hermosa y llena de tanto poder como el Amor.

En ese instante se levanta hermosa figura, mirando al horizonte, como amanece en Claridad, tonos pasteles, del cielo, hacen recordarle, que vivió la Aurora, y que el día y la noche serán siempre amigas de su mano.

Definitivamente no eras la misma, habías nacido de la misma aurora, entre el sol, la brisa, el viento y las estrellas; tan celestial figura; que la roca madre tuvo que llamarla Mujer.
Serás la creadora de dar vida; serás enseñanza de compañía; serás ídolo entre todos, serás admirada, serás querida, serás deseada; acá estas Mujer hermosa; demostrándole a la vida, que este fue el tiempo que tuviste que recorrer, y las que llamabas amigas alguna vez; no eran más que testigos fieles de tu ser; Esperanza; Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, siempre en tu vida, ahora te seguirán; demostrándote a ti misma que para eso estas.
Para hacer de esto maravilloso que ahora sientes; el mejor de los sentimientos, que cuando veamos la mañana, que cuando caiga la noche, que cuando alumbren las estrellas, que cuando veas las flores, que cuando estén los árboles en tu andar, que cuando los ríos suenen, que cuando las montañas te cubran, habrá un sentimiento que de ahora en adelante y por siempre deberás llamar Amor.
Y Mujer eterna ahora yo como testigo ante Claridad; tendré que llamarte Venezuela.