jueves, 9 de julio de 2015

Oh que luz…. Oh que medicina


Que gratificante puede ser como un brillo de tus ojos, hacen magia ante cada parte de mi cuerpo… que resplandor más intuitivo que despierta insaciable deseo… que luz tan medicinal que cura picardía en mí.

Pero será picardía, es que; como cambia un estado del cuerpo con tan solo tener al frente una fotografía, hermosa niña son azules, son verdes esmeraldas, son luces desbordantes de almas, son espejos del corazón que desarrollan en mi una pasión, que desenfrenada terminan en sudor, cada poro de mi cuerpo, siente ardor, no hay pudor, simplemente hay inquietud sofocante ante tal identidad, ante tal cualidad, de esa imagen.



Oh que luz…. Oh que medicina nada me obliga a ser deseoso del deseo, nada me intriga ser sospechoso de tu anhelo… y que anhelo… será que necesitamos de una cura necesaria… será que es primaria esta determinación... o ya tiene escuela andando... ya está pasando… desde que te conocí… desde que te vi… desde que se planto ante mi… ya no, como una fotografía… sino en carne y hueso... qué es eso... me decían mis ojos, que sigilosos… desnudaron tu cuerpo... es tan cierto.. Como de testigo fue el cielo... que ya sentado frente a mí, ya era realidad, ya era una completa verdad.


Es así ya era verdad… ya esto camina, ya eres parte de mi vida, ya eres mi luz, ya eres la doctora que tiene mi medicina. Esta es la verdad, la completa realidad, de que ahora necesito una dosis de esa medicina, y que en la luz hermosa de tus ojos esta lo que se avecina, un simple deseo de estima, que este hombre te pide a gritos intimidad debida.

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